ROLLITOS DE CALABACÍN RELLENOS DE BRANDADA DE BACALAO Y GAMBAS.
Estos rollitos de calabacín, bacalao y gambas son una solución rápida y rica para improvisar un picoteo especial. Esta misma receta se puede preparar también con infinidad de rellenos.
En este caso hemos querido utilizar las gambas y el bacalao porque son dos ingredientes que combinan a la perfección y hace del relleno un bocado exquisito. Además, al llevar también la cebolla pochada y el tomate frito logramos mejorar mucho el plato.
¡Espero que os guste tanto como a nosotros en casa!
Ingredientes:
- 2 calabacines grandes y largos
- 300 g de gambas
- 2 lomos de bacalao (el que yo utilizo es congelado y desalado, pero podéis comprarlo fresco también)
- 1 cebolla
- 4 cucharadas de tomate frito (si es casero, mejor)
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Queso especial para gratinar (al gusto)
Preparación:
Lavamos bien los calabacines y con la ayuda de una mandolina cortamos en láminas lo más finas posible a lo largo. Otra opción es cortarlas con un cuchillo, siempre y cuando queden láminas de un grosor adecuado que nos permita hacer el rollito y que no se rompan.
Secamos bien el producto con papel absorbente y para conseguir un toque crujiente en el calabacín, metemos las láminas en el horno a 180º, sólo con calor por abajo, en torno a 5 minutos. Conseguiremos así que el producto empiece a estar más cocinado y evitaremos que se nos queden muy crudos. Lo sacamos del horno y reservamos.
¡Ahora vamos con el relleno! Cortamos las gambas y el bacalao lo más pequeño posible. Utilizamos una sartén con un poquito de aceite para saltearlo un par de minutos y añadimos la cebolla. Tenemos que conseguir pocharla un poco, hasta ver que conseguimos un color dorado, y será, entonces,el momento de mezclarlo con el tomate frito.
El siguiente paso consiste en ir montando cada rollito. Para ello iremos enrollando cada lámina de calabacín y colocándolos en una fuente de barro redonda apta para horno o similar de manera vertical y así iremos repitiendo el procedimiento hasta que tengamos todos los rollitos formados. En la base de la fuente ponemos una capa generosa de tomate frito porque de esta manera ayudará a que los rollitos se sujeten mejor. Si no conseguís que se sostengan lo suficiente, la opción es rellenarlos y que queden tumbados como si se tratase de canelones.
Una vez que tenemos preparado lo que sería el esqueleto del plato y el relleno está frío o ligeramente templado, con la ayuda de una cuchara de postre vamos rellenándolos. Ponemos el queso de gratinar bien repartido por la superficie y que cubra bien cada rollito. Lo metemos en el horno durante 5 minutos a 160º (dependerá de cada horno), pero tan fácil como estar pendiente y así conseguiremos que el queso se haya fundido y dorado a nuestro gusto.
¡Así de fácil!